miércoles, 13 de abril de 2011

EL CHAVO ME ENSEÑO MUCHAS COSAS

EL CHAVO me enseño muchas cosas.

El chavo marco mi vida, y la de mis hermanas, primos, amigas y los primos de mis amigas… bueno, a un buen grupo de personas. El chavo transgredió el tiempo de las generaciones, por eso cuando no sabemos que hablar, el chavo aparece como una botella de guitig en uno de esos días de sol capitalinos.

Quisiera saber cómo se las ideó Chespirito para crear tantas variaciones de un mismo capítulo. La constancia en los tramas, y el dulce sabor de poder adelantarnos a la resolución de cada episodio, en vez de quitarnos el interés, lo alimentaba, clavando la duda de si tal vez en esta ocasión terminaría diferente, si Don Ramón al fin explicaría qué él no tiene la culpa, o se avisparía en lanzar el arma del delito lejos, y el chavo no haría la clásica pregunta de: “Don ramón, a su abuelita le gusta que le den pellízcasos?” Y aún ahora solo por escribirlo me río de nuevo.

Cómo olvidar el clásico capítulo de las aguas frescas que se mezclaban con el agua del trapeador, y que me causaba tanta angustia. En ese episodio inauguré mi estrés. Gracias al chavo aprendí a: empujar, pellizcar, y llorar a grito pelado cuando me encontraba en peligro. Aprendí muchas cosas, también aprendí a no “juntarme con chusmas”, no compartir mis juguetes nuevos, y echarle la culpa otros.

Todos teníamos un personaje de la vida real para cada uno de la serie, pero era un secreto porque a ninguna mamá le hubiera gustado saber que se parecía a Doña Florinda. Decirle Chilindrina a alguien es sinónimo de que es fea, esta puesta al revés alguna prenda o lleva las chimbitas desiguales (siempre rogamos que sea por esta última razón).

Cuando había artista invitado nadie se lo perdía por nada del mundo. Cómo acomodarían a un nuevo personaje a la serie esta vez? Debió ser todo un reto.
Todos deseábamos en secreto que Don Ramón se gane la lotería de verdad y que al fin pague la renta al “Pesado” del Don Barriga (ja ja eso también lo aprendí del Chavo, no pude evitar).

Todos lloramos de tristeza e indignación cuando la vecindad le acuso al pobre Chavito de ratero, y luego todos descubrieron arrepentidos que el chavo no tuvo la culpa de nada. También lloramos de felicidad cuando este pobre huérfano se va a Acapulco con todos sus amigos gracias al apoyo de todos. Hubiese sido un sacrilegio perderse el especial de Acapulco y la canción triste del final.

Y cuando salió la canción de Padre e Hija saltábamos de alegría si salía en la radio, y la memorizamos para cantarla; al igual de la canción de “si tu crees que eres joven aún, joven auuun, mañana viejo serás, viejo serás, viejo serás…” Quería Chespirito, con esta canción y los personajes adultos hechos niños, mandar un mensaje subliminal? Yo creo, que el mensaje subliminal era que la juventud se la lleva en el alma, no en la cédula o en las arrugas.

Aún después de tantos capítulos vistos, me quedan muchas preguntas por contestar: Será que la chilindrina instauró una nueva moda con el saco mal puesto? Las tortas de jamón eran de dulce o de sal? Se puede vivir en un barril? Por qué Ñoño estudiaba con los otros niños si era millonario?

Por otro lado, hay otras inquietudes que ya pude resolver:

Pude ser alguien tan cachetón como Quico? Si, Lucio Gutiérrez.
Nos podemos acabar unas paletotas tan grandes? No, se te engómela la cara hasta que la paleta se queda pegada en tu cachete, conjuntamente con la mitad de tu vida capilar.

Para qué sirven los calzones de vestido? Para que no se vean los calzones.
Sirve de algo acusarlo con mi papá? No, siempre dicen que “son cosas de niños”
La hija de la vecina, Paty es más linda que yo? Si, fue la fantasía infantil del 90% de los niños que vieron el Chavo.

Tomaron alguna vez la tacita de café Doña Florinda y el Sr. Girafales? Pues, nadie lo sabe, nunca se vio la escena, solo sabemos que entraban a la casa e Doña Florinada y Quico se quedaba afuera.

Existen unas pelotas tan grandes como las que tenía Quico y Ñoño? Si, después de dos décadas se le ocurrió a la gente del Vulcano Park.

La lección más importante, que aprendí del chavo fue que hay muchos niños que no tienen nada, no tienen papás, ni hermanos, no juguetes ni comida, y por eso, aprendí a apreciar todo lo que tenía, y a no déjamelo quitar y a pellizcar al que se atreviera a intentarlo.

4 comentarios:

  1. a mi tamnien me gustaba la popis y la paty ,,, jajaja esta super baby te amo

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  2. Muy bueno, lo tomaré de base para mi pequeño estudio acerca de la influencia psicológica que ha tenido la televisión mexicana en la generación de niños de 1980.

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